Comentario
Dos Estados se perfilan en esta época como los más pujantes en sus respectivas áreas de interés. Rusia emprenderá un avance imparable que tenderá a controlar los territorios adyacentes hasta conseguir dominarlos. Mientras tanto, en Suecia la monarquía de Carlos IX se fortalece y asienta y logra la hegemonía sobre el mar Báltico y los países limítrofes.
En ambos casos, la búsqueda de la hegemonía regional provoca sucesivos conflictos bélicos de los que no estarán exentos otras potencias de fuera de la zona.